lunes, 18 de junio de 2007

Movimiento Internacional de Yoga Cristiano

Movimiento Internaciaonal de Yoga Cristiano

Creado por Fray J. M. Dechanet O.S.B., nacido en Belgica y perteneciente a la ordén benedictina de la Iglesia Católica Romana con permiso papal se escribió el premer libro de YOGA CRISTIANO (Con permiso de imprimatur de Pablo, Obispo de Bilbao en 1965). Fue precisamente un seguidor suyo el español jesuita Rev. Padre Ismael Quiles quien como rector de la Universidad Jesuita del Salvador perteneciente la Iglesia Católicta Apostólica Romana en Buenos Aires, Argentina, quien oficializó la profesión de instructor y profesor de yoga dentro de la propia Iglesia Católica Romana.

Hace ya más de veinte años que oficialmente la Iglesia Católica Romana viene formando a profesores de Yoga Clásico Hinduista de Patanjali como a profesores de Yoga Cristiano con diplomatura. La Comunidad Cristiana y en especial la Católica Argentina goza de profesores de yoga hinduistas y profesores de yoga cristianos que dictan clases en Parroquias, Monasterio, Escuealas, Institutos y Universidades Católicas en todo el país. Este sincretismo del cristianismo e hinduismo realizado por Rev. Padre Ismael Quiles fue sigo por varios sacerdotes, monjas y hermanos de diferentes ordenes. El yoga a conquistado el Cristianismo y el Cristianismo ha conquistado el yoga. No es extraño ver a profesores de yoga clásico hinduista de Patanjali egresados de la Universidad del Salvador enseñar filosofía hindú o cantar mantras hindues y budistas en nuestras Iglesias y Parroquias.

Pero sin lugar a dudas el gran difusor del YOGA CRISTIANO ha sido el Fray bede Grifffith http://www.bedegriffiths.com/advisors.html quien no solo enseño yoga sino que se vistio de naranja como todos sus seguidores y llamo a si mismo Swami Dayananda Cristos. Creo un Ashram "Shantivanam" en India al estilo hindú y renovó la cristiandad con dignidad. Actualmente su fundación tiene varios centros de Yoga Cristiano en Estados Unidos, Reino Unido, Australia, India y Chile http://www.bedegriffiths.com/

Para Fray Griffith o Swami Dayananda el verdadero pionero del sincrestismo y dialógo entre la Cristiandad y el Hinduismo fue otro benedictino, nos refereismo a Swami Abhishiktananda (Henri Le Saux, OSB) http://www.abhishiktananda.org/

En Ecuador el padre Cesar Augusto Davila Gavilanes fundó la Asociación Escuela de Autorrealización "Yoga y Cristianismo" http://www.aea-yoga.org/ que propaga los centros de yoga cristiano por Panama, Italia, Colombia, Ecuador y el resto de América Latina. El padre Cesar Augusto Davila Gavilanes nació en Patate (Tungurahua) el 1 de noviembre de 1910. Se ordenó sacerdote el 29 de junio de 1934 y obtuvo su Doctorado en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Es reconocido como el más grande especialista en mística y filosofía orientales que ha tenido nuestro país y, como tal, constituye un precursor y pionero del diálogo entre las religiones.

Cesar Augusto Davila Gavilanes como seguidor del maestro Swami Paramhansa Yogananda discipulo de Sri Yusteswar quien a su vez fuera por linea discípulo del mismo Babaji o encarnación del dios Shiva en los Himalayas http://www.yogananda-srf.org es seguir las enseñanza de Yogananda y de Cristo.

La propuesta del padre Davila fue promover y llevar a la práctica la filosofía y la mística Yoga de las más grandes escuelas de Oriente, de un modo especial sus técnicas de Meditación y las enseñanzas de la mística cristiana de los primeros siglos de nuestra era.

Esta asociación ha sellado definitivamente el ingreso del yoga hinduista al cristianismo, pues como asociación privada de fieles cristianos A.E.M. goza de la autonomía necesaria para sus actividades y la obtención de sus fines según los Estatutos, pero siempre bajo la vigilancia de la Autoridad Eclesiástica."

Decreto de la Iglesia Católica

"A tenor de lo dispuesto por el canon 322 del Código de Derecho Canónico, el Emmo. Señor Cardenal Pablo Muñoz Vega, Arzobispo de Quito, aprueba los Estatutos de la Asociación Ecuatoriana de Meditación y le concede personería jurídica en la Arquidiócesis de Quito como asociación privada de fieles cristianos.

Gobierno Eclesiástico de
la Arquidiócesis de Quito

Quito, a 5 de abril de 1984

f) P. Card. Muñoz Vega, s.j.
Arzobispo de Quito

f) Antonio J. González Z.
Arzobispo Coadjutor de Quito

f) P. Héctor Soria S.
Secretario Ad-Hoc

Ver website del Movimiento de Yoga Cristiano
http://ar.geocities.com/yogacristiano

Yoga y Cristianismo por el monje hindú Swami Chidananda del Sivananda Ashram
http://www.dlshq.org/spanish/yogachristian_sp.htm

YOGA Y CRISTIANDAD
Por

SRI SWAMI CHIDANANDA
Presidente Internacional de
The Divine Life Society
Sivanandanagar - Rishikesh - Himalayas - India


Les hablaré un poco extensamente sobre el tema 'el Yoga y la Religión Cristiana' porque la mayoría de ustedes pertenecen a un medio cristiano, muy pío y muy religioso. Algunos son cristianos sólo porque han nacido cristianos, algunos están en un punto intermedio y van a la Iglesia una vez cada dos meses, pero todos pertenecen a un ambiente cristiano, pueden ser católicos romanos, o no, pueden ser protestantes, pueden ser metodistas, o pueden pertenecer a alguna otra religión. Algunos de ustedes son judíos. Sea cual sea la religión a la que ustedes pertenecen, lo que digo sobre el Yoga y la Religión Cristiana, podría aplicarse igualmente al Yoga y cualquier otra religión. Por consiguiente veremos ¿Cual es la conexión entre el Yoga y la religión que uno profesa? Uno tiene por seguro que el Yoga pertenece a la religión hindú, y se pregunta: ¿Cuál es la conexión entre esto que pertenece al hinduismo y mi religión? Cualquiera que pertenezca a otra religión debe preguntárselo. Así que es interesante saber como relacionar al Yoga con la religión. ¿Es como otras religiones o hay marcada divergencias entre el Yoga y las otras religiones? Si estas cosas no están claras, puede ser que algunos sientan una sensación de culpa. 'Oh, yo soy cristiano, ¿estoy haciendo lo correcto viniendo y practicando el Yoga? Quizás, estoy siendo un poco irreligioso al estar particularmente interesado en Yoga.' Y por eso puede sentirse una cierta clase de inquietud. Primero y sobre todo, tiene que saberse que el Yoga ha surgido en un medio propio o base de la religión hindú. Tiene su origen en India y es parte de la religión hindú. Pero no es hindú. Es una ciencia universal que ha surgido del ambiente religioso hindú - una ciencia que ha surgido y va más allá de la religión. Es una técnica universal. Porque en Yoga, tal como se ve en el Yoga-Darshana de Patanjali, uno de los seis sistemas de filosofía, no se establece ningún dogma, ni se menciona ningún Dios para su culto. El Yoga no dice que debe rendirse culto a Rama o a Shiva o que se debe meditar en Krishna, o que debe rendirse culto a Kali o Durga, o Hanuman; el Yoga no dice nada acerca de todo esto. El Yoga no dice que se debe repetir un Nombre de Dios en especial. El Yoga sólo dice que la repetición de uno de los Nombres Divinos es una de las formas de Concentrar la mente. Dice repetición del Nombre Divino. Uno puede repetir el Nombre Divino, puede decir la oración de Jesús, puede decir Alá, puede decir Rama, puede decir el nombre Shiva, o puede decir algún otro Nombre si está siguiendo alguna otra religión, pero el Yoga no especifica cual Nombre ni tampoco a quien rendir culto. El Todo Perfecto Ser Divino, que es eternamente libre, eternamente perfecto, libre de todas las imperfecciones, el Ser eternamente libre está más allá de la Maya. El Purusha Supremo, significa el Ser Supremo, el Omnipotente Padre en el Cielo. Alá, Jehová, usted puede llamarlo por cualquier nombre, eso no importa, el Eternamente Libre Ser no está limitado por Maya. Está libre de aflicción y su naturaleza es la Absoluta Dicha, Absoluta Conciencia; ése es el objetivo a ser logrado en la meditación, esa es la meta del Yoga. Así que, no le da a usted otra meta que la del Yoga; no le da otra meta que la de su propia religión. No le habla de un Dios diferente del enseñado por su propia religión

- cristiana, islámica, etcétera - y no le da un nombre especial de ese Dios para que usted tenga que cambiar Dioses. No le da ningún nombre especial al Único Dios. Surgiendo de la tierra del Hinduismo, va más allá de la religión. El Yoga es una Ciencia Religiosa, lo que significa que va más allá de la religión y asume una característica universal. Segundo, el Yoga es una ciencia para el Hombre. No es una ciencia para orientales o para occidentales. El Yoga es para el hombre en la tierra. Fue proporcionado al hombre en esta tierra de nacimiento, dolor y muerte. Fue dado al hombre en la tierra, no importa lo que él sea o quién él sea; y es dado al hombre para todas las épocas. No fue dado al hombre de la antigüedad o al hombre medieval o al hombre moderno, o de cualquier otra época que pudiese venir, sino a aquél que deseando ir más allá de todo dolor, pesar y sufrimiento, desea ir más allá de la esclavitud y el engaño. Si el hombre toma este camino, éste lo lleva al lugar de la experiencia suprema. Así que es la respuesta a la necesidad del hombre, en este plano tierra. Así que es algo que es propiedad, herencia de la humanidad - el Yoga es la herencia de la humanidad. No interfiere con la religión. ¿Qué hace el Yoga? El Yoga abastece a la vida del hombre y suple ciertos fallos provocados por la religión que falla al hombre o por el hombre que falta a la religión. Hay una condición creada por el fracaso de la religión que asiste a las necesidades superiores del hombre, o por el fracaso del hombre para aprovechar la religión o utilizar debidamente su religión; qué es lo que sucede, nosotros no lo podemos decir.

Algunos dicen que las religiones han fallado. Yo digo no. El hombre no ha seguido la religión. No es debido a la religión que el hombre sufre. Es debido al abandono de la religión, a ignorar la religión y a sus enseñanzas y su sabiduría. Principalmente, ésta es la situación. Pero en algunos lugares donde la religión se ha vuelto totalmente institucionalizada, se ha vuelto una gran estructura impersonal, y se ha perdido el contacto viviente con los individuos. Entonces, bajo ese régimen, se vuelve árida de real espíritu. Se vuelve sólo un modelo para el dogma y el ritual, la ceremonia y la creencia. Usted es un cristiano; si usted dice 'yo creo en la salvación a través de la sangre de Cristo. Sí, yo creo‘. Entonces usted es un cristiano. Usted es un cristiano muy bueno; así que siga su camino. Hace todo lo que le gusta, bebe, fuma, no cumple con los diez mandamientos, pero usted es un cristiano. La religión ha llegado a significar el aceptar ciertas cosas que una institución ha fijado para que eso sea lo esencial de la religión - un conjunto de dogmas, y si usted dice que usted acepta todo eso, entonces, usted es un hombre religioso. Pero, en ese caso, eso no es ninguna religión. En cada religión hay un cierto contenido espiritual que tiene relevancia directa con esa parte de usted qué es su más profundo ser esencial, que es su realidad interior, una verdadera, esencial realidad, y donde la religión no llega a esa parte de su ser, y pierde su interés por eso, y sólo se interesa por la manera en la que usted vive, su vida social y las normas de su vida social, y de su vida doméstica; si usted paga su diezmo y si usted asiste a la Iglesia regularmente una vez por una semana, o si usted cumple por todos los distintos sacramentos. Usted se bautiza, y es cristiano. Sólo está interesada en eso, pero no en su parte superior. Nunca le pide que se cuestione o pregunte, ‘¿Cual es el propósito de mi vida? ¿Por qué he venido yo aquí? ¿Qué tengo que lograr? ¿Cuál es el verdadero significado de mi vida? ¿Cuál es mi meta?'. En las religiones organizadas, la estructura no lo estimula para que usted haga estas preguntas, no insiste en que usted se plantee estas preguntas y busque una respuesta y haga de la vida una búsqueda de esa gran meta que usted descubre a través de la respuesta. En tal caso, la religión no lo está ayudando profundamente, mientras que solo lo está atendiendo superficialmente. Falla al no ocuparse de usted en esa dimensión de su ser donde usted es el ser real. Se ha ocupado de usted en otras áreas, pero esa parte queda intacta.

Así es que cuando el contenido espiritual de la religión ya no es activo, ya no es progresivo, esa religión se ha petrificado. En tales casos no está viva. El Yoga es una respuesta maravillosa porque el principal interés del Yoga es la realidad espiritual que se halla dentro de usted, el logro de la meta espiritual para la que usted ha nacido como humano; ése es el principal interés del Yoga. El Yoga es el camino hacia la realización de Dios. El Yoga es el camino de la Experiencia Divina, y la Experiencia Divina es el núcleo de la religión. Intentar lograr la realización de Dios es el propio quid, la propia esencia de la religión. Ése es el contenido espiritual interno de la religión, y donde ese elemento espiritual ha sido abandonado y se ha dejado de lado, y es olvidado, entonces la religión sólo está allí como un gran foro; una gran estructura está allí, pero allí dentro no vive nadie. Hay cien casas, sólo un palacio construido, nadie vive allí. Es un palacio abandonado. De esa manera, la religión se vuelve una gran estructura imponente, sin vida; y si así se ha vuelto la vida religiosa de cualquier persona, sea él cristiano, católico, protestante, judío, parsi, o musulmán; si tal cosa ha ocurrido, entonces el Yoga llega como las aguas dadoras de vida, las aguas vivientes para reavivar al marchito, languideciente centro espiritual interno, aquel sendero espiritual más profundo que ha sido abandonado y se ha secado. El Yoga viene como la fuerza que da vida. Una vez más hace nacer la vida en el núcleo espiritual de su religión. Hace que su religión sea viviente para usted. Puede hacer que la religión sea activa para cualquier persona, ya sea cristiana o musulmán, y devuelve a usted la vida dentro de su religión. Es la experiencia común de muchas personas que después de que el Yoga llegó a ellos, comenzaron a sentirse muy religiosos. Fue después de que el Yoga llegó a ellos que un cristiano se volvió un cristiano realmente devoto, empezó a ir a la Iglesia, empezó a leer la Biblia e intentando averiguar con más interés las palabras de Jesús, empezó a entender el significado de muchas cosas que está haciendo ahora en nombre de la Cristiandad, que por otra parte él hubiese dejado de hacer porque encontraba sin sentido hacerlas,

-'yo no le encuentro ningún significado, es mecánico'. No tenía ningún significado, pero ahora él le ha encontrado significado, él comienza a interesarse en eso. Comienza a practicar las enseñanzas. Mucho de lo que antes eran cosas sin sentido, ahora se ha vuelto algo significativo. Así que uno se vuelve un mejor cristiano. En muchos casos el Yoga ha ayudado a una persona a encontrar el significado interno de su religión. Empieza a ver la razón detrás de la práctica y entonces comienza a mostrar más interés por su propia religión, la entiende mejor de lo que la entendió antes. El Yoga devuelve a las personas la religión a la que ellos puedan pertenecer sin importar cual sea. Devuelve a las personas el volumen espiritual interno de su religión. Devuelve a las personas la vida espiritual que es el Centro de una verdadera religión; faltando éste la religión se vuelve meramente una figura externa. El Yoga la devuelve, la hace vivir, la hace reverdecer, la trae a la vida. El Yoga puede aplicarse a la Cristiandad y a cualquier otra religión.

¿De qué manera difiere? También veremos eso. Difiere en su negarse a aceptar la doctrina del 'pecado original'. No llama al hombre pecador. Puede llamar al hombre necio pero no lo llama pecador. El hombre es Dios haciendo el papel de necio, o, el hombre es Dios que ha perdido su camino a casa, se alejó, tropezando y corriendo en círculos. El Yoga aclara el camino, pone luz y pone al hombre de nuevo en el camino y dice, 'prosiga ahora, vaya directamente a su casa'. No quiere que usted se considere un pecador. Y la otra diferencia es esta: Para gran parte de la Cristiandad, desgraciadamente, en algunas de sus áreas, se ha vuelto una total preocupación el evitar el infierno, tratar de evitar el infierno y, de un modo u otro, entrar desapercibido por las puertas del cielo; de un modo u otro, aun cuando uno no esté calificado totalmente para eso. El Yoga dice: ' Esto es un poco infantil, usted puede hacer algo más glorioso. ¿Por qué juega usted a este juego de cielo y infierno? 'El Yoga descarta al infierno, y el Yoga también descarta al cielo. Vaya al Creador del cielo, el Amo del cielo. ¿Por qué al cielo? El cielo también es un deseo pequeño. Usted no lo quiere. 'Yo quiero a Dios. Yo quiero experimentar a Dios, al Ser Supremo, al Amo del cielo'. Al Yoga le interesa Dios, no el cielo o el infierno. Se puede decir que éstas son algunas de las diferencias, la forma en que el Yoga difiere de la Cristiandad. Es en esto que la doctrina cristiana ortodoxa difiere del Yoga.

El Yoga restablece la parte más preciosa de la religión que por lo general, desgraciadamente, no está presente. En la mayoría de las religiones mayores del mundo, excepto en un sector microscópico de personas que entran en un monasterio para toda la vida, las monjas y los monjes que de algún modo u otro concentran toda su vida en ese contenido espiritual, salvo en ellos, en general, normalmente, el contenido espiritual se encuentra faltando en la religión. Pero desde el impacto de Yoga durante los últimos cincuenta años, vemos que gradualmente un fenómeno muy maravilloso, un resurgimiento, está teniendo lugar en el mundo cristiano, dando importancia a este aspecto interno espiritual, su conexión con esa Divinidad. Hay muchos de tales ejemplos. Algunos de ellos están trabajando como los apóstoles. En la primera época, algunos de ellos se iluminaron realmente, como las inspiraciones de Pentecostés. Esas son todas buenas señales. El Yoga está haciendo eso en el presente, restableciendo la religión en la vida religiosa de todo ser. Rehabilita su cualidad espiritual, el factor espiritual y eso es lo más importante que hace. No perturba su religión. No contradice su religión. De ninguna manera contradice algo. Dice: 'dondequiera que usted esté, sea lo que usted sea, intente encontrar a Dios, intente vivir una vida noble. Purifíquese de la naturaleza inferior. Brille con virtud. Cree en usted las cualidades divinas y despierte el divino dentro de usted, y vaya hacia Dios.' Ése es el mensaje principal del Yoga. Puede incorporarse armoniosamente a cualquier religión y a la vida religiosa de cualquier ser, a cualquier fe para enriquecer esa religión y hacerla vivir y lo lleva a usted hacia la verdadera meta que es la meta de toda religión.

Este escrito forma parte del libro "Guía para la Iluminación”.

El Movimiento Internacional de Yoga Cristiano lo invita a fundar su asociación, ashram y centro de yoga cristiano en su ciudad y país.

La religiosa Ana María Slütter es la presidenta de la Fundación Zendo Betania, la única escuela en España en la que se practica Zen en un marco occidental y cristiano. Nacido en el seno del budismo mahayana, el Zen es un camino hacia las raíces y realidades últimas del ser humano.


ANA MARÍA SLÜTTER Religiosa y maestra zen
“Es necesario encontrarse con Dios en el silencio”
Texto y fotos: J. I. Cortés / Humanizar

La religiosa Ana María Slütter es la presidenta de la Fundación Zendo Betania, la única escuela en España en la que se practica Zen en un marco occidental y cristiano. Nacido en el seno del budismo mahayana, el Zen es un camino hacia las raíces y realidades últimas del ser humano.

Zendo Betania define el Zen como “un camino de despertar a la realidad esencial, de raíz, que ningún sentido puede captar ni ninguna inteligencia comprender”. El silencio y la contemplación son las bases de este camino. A través de ellos, Zendo Betania piensa que es posible “ayudar al ser humano de nuestro tiempo a reencontrar sus propias raíces profundas, en un clima de ecumenismo y de respeto hacia todas las personas y creencias, en armonía con la fe cristiana y por ende con el núcleo más auténtico de toda religión”.

Estamos hablando de realidades inefables, de cómo acercarnos al misterio y, por si fuera poco, de un modo de aproximación a lo esencial que nace en una cultura en muchos sentidos diametralmente opuesta a la nuestra. La misma Ana María Slütter, maestra Zen desde hace veinte años, parece a veces quedarse sin palabras para expresar lo que quiere decir.

P.- ¿Qué es el Zen?
R.- Una definición muy antiquísima dice que es “una transmisión muy especial, al margen de toda doctrina, que no se basa en palabras ni letras, que se dirige directamente al corazón humano y lleva a despertar y vivir despierto”. Vivir despierto significa enterarse no sólo de la superficie de las cosas, sino también de las realidades espirituales.

P.- ¿Por qué decide una religiosa católica hacerse maestra Zen?
R.- Buscaba algo que me ayudase a cultivar la experiencia de Dios que yo había tenido. Creo que en muchos sitios se ha perdido la sabiduría de cultivar la contemplación. Ahora se estudia Biblia, lo cual es fantástico y buenísimo, pero no es suficiente. Para ser religioso creo que es necesario encontrarse con Dios en el silencio, en el hondón del alma, en la contemplación. Yo tengo amigas carmelitas que se sabían de memoria todo San Juan de la Cruz, pero que hasta que llegaron al Zen no experimentaron lo que él quería decir. Su experiencia mística era una cosa sabida, pero no vivida, porque, en muchos casos, la práctica de la mística se ha perdido.

“No se concibe
que un camino de
iluminación lleve a
buen puerto si no es
en el marco de una
vida recta”
P.- ¿Cómo se complementan Zen y cristianismo?
R.- Yo hablo de bilingüismo religioso. Cuando empecé a practicar Zen, sentía que estaba aprendiendo una forma de recogerme y abismarme en el alma, y que todo lo demás seguía igual, que el Zen no tocaba nada. Luego fui descubriendo que esa forma de abismarse y de recogerse está dentro de una tradición religiosa y cultural para la que esa experiencia del misterio que ellos llaman vacío para los sentidos es el centro. Y el lenguaje religioso está en consonancia con eso. Cuando se habla otra lengua, no sólo se usan palabras diferentes para designar lo mismo, sino que las palabras que parecen equivalentes designan realidades distintas. Cada lenguaje –y especialmente si es un lenguaje religioso– tiene una visión diferente del mundo. Entonces me di cuenta de que, al aprender una lengua religiosa nueva, había enriquecido mi lengua religiosa original. Hay realidades que una lengua expresa mejor que otra y, si tienes un vocabulario más amplio por haber aprendido otra lengua, puedes conocer y expresar realidades que antes a lo mejor sólo intuías.

P.- El zazen, la meditación en silencio, juega un papel fundamental en el Zen.
R.- El Zen es un camino de práctica, por eso es algo que toca directamente el corazón. No se basa en teorías. Hay dos tipos de prácticas fundamentales: el zazen, “sentarse a solas con el misterio” y el samu, o realizar un trabajo con atención, un trabajo que te hace recogerte. Esas prácticas necesitan de acompañamiento, porque llegan muy hondo, a lo más hondo del ser humano. Es algo que va más allá del psicoanálisis. Ese acompañamiento se hace en grupo y de manera personal. Y todo esto -y eso es lo que a veces en Occidente se obvia olímpicamente, lo que es una barbaridad- se debe inscribir en un marco de vida ética. En Zen se habla de diez preceptos muy parecidos a los de la ley mosaica: no matar, no abusar del sexo, no mentir… No se concibe que un camino de iluminación lleve a buen puerto si no es dentro de una vida recta. Además, hay que tener en cuenta que el Zen ha surgido dentro del budismo mahayana, cuyo nacimiento coincide con el nacimiento de Jesucristo. En el budismo mahayana, el ideal no es sólo llegar al despertar, a la iluminación, sino hacerlo en beneficio de los demás.

P.- Eso parece un poco contradictorio, pues estamos hablando de un camino de recogimiento, de abismamiento interior.
R.- Sí, hay que volverse hacia uno mismo, y allí hay que “estar a solas con la noticia”, como decía San Juan de la Cruz. Pero es como cultivar las raíces de un árbol: cuanto más se las cuida, mejores frutos da. Pero, dejando de lado los frutos, incluso para llegar a esas raíces de verdad y no enredarse más en el egocentrismo, el Zen habla de seis barcas, y la primera de todas ellas es la generosidad. Es algo que no está lejos del Cristianismo. Se trata de pensar en los demás. En el Zen se dice que es para liberarse del egocentrismo; en el Cristianismo se habla de amor a Dios a través del amor al prójimo.


P.- El Zen dice que todos llevamos la iluminación dentro de nosotros. Parece que el hombre de hoy está muy a oscuras, pues se encuentra muy desconectado de sí mismo.
R.- Sí. Es un mal muy grande que ya reseñó gente como Jung. Él aseguraba que casi todas las personas de más de 40 años que llegaban a su consulta padecían de una gran desconexión de sus raíces. Muchas enfermedades, según Jung, derivan de haberse desenganchado de las raíces profundas. Es como un árbol al que un ratón se le ha comido las raíces: se seca, está enclenque, no da buenos frutos.

P.- Según usted, ¿cuál es la razón de esa desconexión tan radical entre lo que uno es realmente y lo que uno hace y a lo que uno aspira en la vida?
R.- Yo creo que en nuestra cultura occidental, desde el siglo XIV hasta ahora, impera una opción muy radical por el estudio y el dominio del mundo exterior. Eso está bien, pero el problema es que todo lo que tiene que ver con el mundo interior queda cada vez más marginado. De hecho, nuestros místicos del siglo XVI estuvieron muy marginados. Oriente ha hecho lo contrario.

P.- Según usted, ¿el Zen puede sanar esa fractura?
R.- Yo veo que lo hace. La gente viene a Zendo Betania por distintas causas: curiosidad, insatisfacción, búsqueda de conocimiento personal, de nuevas formas de oración, de equilibrio, de capacidad de concentración… El Zen les hace encontrar algo, una cosa que no saben expresar –y yo considero una buena señal que no sepan hacerlo–, pero que cambia su vida, le da sentido, y hace que se tomen las cosas de otra manera. Algo que muchas veces va más allá de lo que buscaban.

“Muchas enfermedades derivan de haberse desconectado de las raíces profundas del ser humano”
P.- Ha dicho que practicar Zen ayuda a mirar la vida de otra manera.
R.- Claro. Si la vida es lo que yo puedo conseguir, lo que yo puedo ganar, ante cualquier fracaso, me deprimo. En cambio, si la vida es otra cosa, todo cambia. Y el Zen enseña que la vida es otra cosa: es ese misterio, que va más allá de lo que ven mis ojos y que sólo se puede contemplar con lo que los victorinos, un grupo de místicos cristianos franceses del siglo XII, decían que se percibe con lo que llamaban “el ojo del alma”. Ellos decían que Dios nos había creado con tres ojos: los de la cara, para ver las cosas materiales; el de la razón, para entenderlas, y el del alma, para ver las cosas del espíritu. Al ser expulsados del paraíso los dos primeros siguieron funcionando, aunque a veces enferman o se nublan. En cambio, el ojo de la contemplación, ni siquiera se abre. Sin embargo, es importante cultivarle para comprender toda la realidad, no sólo la material. El Zen es una forma de cultivar ese “ojo del alma”.

P.- De alguna manera, para el Zen, el silencio es un camino de liberación.
R.- El Zen es un camino de liberación, sí. Y el silencio es parte fundamental de este camino. No sólo durante el zazen.


P.- Este camino de liberación, ¿de qué permite liberarse?
R.- Fundamentalmente, del egocentrismo, de la encerrona dentro de uno mismo: mis deseos, mis ideas… Esa es la mayor encerrona. Incluso desde el punto de vista cristiano. En el Cristianismo se dice que esa obsesión por uno es lo que impide llegar a amar a los demás, mientras que en el Zen se dice que lo que impide es llegar a dar con el misterio. Pero son dos concepciones que no se excluyen. Esta es otra enseñanza del Zen: lo que más impide llegar a dar con el misterio es estar atado a mis ideas. Todas las ideas tienen una forma y el misterio no tiene forma, no se puede tocar, no se puede entender, no se puede oler. Mientras yo esté atrapado en todo eso, no puedo dar con el misterio.

P.- ¿Qué relación tiene el silencio del Zen con el que se practicaba y se sigue practicando en muchos de nuestros conventos de clausura, de vida contemplativa?
R.- El silencio es silencio. No hay diferencia entre un silencio y otro. Lo que cambia son las personas que se sientan a hacer silencio. Yo por eso pienso, como otros maestros Zen cristianos, que un cristiano que tiene experiencia del silencio y llega a una cierta iluminación, no tiene la misma experiencia que un budista. Es decir, experimentan lo mismo, la misma realidad última, pero cada uno la percibe desde un punto de vista.

P.- ¿Cómo es posible crear un total silencio interior, donde no haya nada dentro?
R.- Bueno, el Zen no busca eso. El silencio Zen no trata de eliminar recuerdos, sentimientos o sensaciones. No se trata de aniquilar los sentidos, sino de iluminarlos. Se trata de concentrarse en algo para mirarlo, prescindiendo de lo demás, pero sin eliminarlo. Eso, en la práctica, cuesta, porque, cuanto más silencio hagas, más pensamientos acuden a tu mente. Para explicarlo, yo pongo el ejemplo de un río. Yo quiero atravesarlo hasta llegar a la otra orilla, que sería la iluminación. Si me empeño en hacer que se pare la corriente, no consigo nada. Tirarme a la corriente y dejarme llevar tampoco me hace alcanzar mi objetivo. Lo mejor es tender una cuerda. En el Zen, esa cuerda es la respiración, la concentración en la respiración. Con esa cuerda paso al otro lado. Si hay mucha corriente, lo noto. Puede haber hasta ramas, y hojas, pero yo sigo agarrado a la cuerda para pasar al otro lado. Es como un barco. La mar puede estar tranquila o revuelta, pero si el piloto mantiene el rumbo llega a donde quiere ir.
La historia de una búsqueda

Hija de padre alemán y madre catalana, Ana María Slütter siempre ha sido una persona de frontera y de búsqueda. Su intensa vivencia de la fe le hizo desear transmitir esa experiencia de Dios a los demás. Por eso entró a formar parte de las Mujeres de Betania, una congregación “un tanto sui generis”, según su propia definición.

Fundada en Holanda por el sacerdote jesuita Jacques van Ginneken, su carisma es ayudar al hombre moderno a reencontrar sus raíces religiosas y cristianas.

“Siempre nos hemos movido en la frontera de la creencia y la increencia y siempre hemos buscado, más que formar comunidad, ser fermento de comunidad”, dice Ana María.

Esta religiosa no terminó de encontrar lo que buscaba hasta que, siendo secretaria de una asociación vecinal en el San Blas obrero y madrileño de los años setenta entró en contacto casi por casualidad con el P. Hugo Enomiya-Lassalle, un jesuita misionero en Japón, fundador del primer centro Zen cristiano. El padre Lassalle comenzó a venir a España a impartir charlas y cursos y ella se convirtió en su traductora y ayudante.

En los ochenta, Ana María Slütter viajó a menudo a Japón y allí recibió, en 1985, de manos de Yamada Kôun Zenshin, el maestro del P. Lassalle, el título de maestra Zen. Poco después se instaló en Brihuega (Guadalajara), donde fundó Zendo Betania. El nombre es ya de por sí significativo, pues zendo significa el lugar donde se practica Zen y Betania es el nombre de la pequeña localidad cercana a Jerusalem en donde vivían los mejores amigos de Jesús: Lázaro, Marta y María. En la tradición cristiana, el nombre de Betania siempre ha sido sinónimo de amistad y acogida.

Allí todo empezó con unos furgones viejos en donde vivía la religiosa y la familia de su hermano, que le ayudó a levantar la sede de Zendo Betania. Hoy es un sencillo y cuidado centro de oración en medio del bello valle del Tajuña, en el corazón de la Alcarria. En ella vive Ana María Slütter. Normalmente, la acompañan tres o cuatro personas que están haciendo experiencias largas de vida Zen. Muchos fines de semana, el centro se llena de decenas de personas que asisten a charlas, fines de semana de iniciación o jornadas de vivencia Zen.

En sus casi veinte años de existencia, la Fundación Zendo Betania ha ido creciendo. Además de Ana María, existen otros tres maestros Zen cristianos en España. Más de 500 discípulos reciben un acompañamiento especial, y otras tantas personas acuden con regularidad a sus encuentros Zen en Brihuega. http://www.zendobetania.com
[http://www.humanizar.es/formacion/revista/2005/jul_ago/entrevista_001.html ]


Zen para Cristianos

Hugo M. Enomiya-Lassalle
Editorial Herder.

En nuestros días se habla mucho de lograr un mundo mejor, a cuya promoción quisiéramos contribuir todos. Lo que importa es hallar caminos que conduzcan al hombre a la felicidad, pese a todas las tribulaciones que nos rodean. Para ello no deberíamos rehusar la ayuda que se nos ofrece de Oriente y adaptar las formas de meditación allí practicadas. No se trata de sustituir el cristianismo por otra religión, sino de aprovechar un recurso para fortalecer nuestro cristianismo.

En el Decreto sobre la actividad misional de la Iglesia se indica a los religiosos contemplativos la conveniencia de asimilar los métodos orientales de meditación en cuanto sea posible. Los resultados obtenidos en este campo en todo el ámbito cristiano son no sólo satisfactorios, sino que superan todas las esperanzas.

Los métodos orientales son de suyo sumamente antiguos. Sus comienzos vienen de mucho antes que el cristianismo hiciera su aparición. Sus formas han permanecido, en parte, invariables. La meditación zen ha permanecido esencialmente tal como se practicaba en China hace mil años, en su época dorada. Pero lo que en este libro subraya el autor no es tanto la meditación oriental en sí, como su importancia para apoyar la oración.

Hugo M. Enomiya-Lassalle (1898-1990) es uno de los personajes sobresalientes de la historia espiritual del siglo XX. Como jesuita y como maestro Zen, alemán de nacimiento y ciudadano japonés, es un "puente vivo" entre las culturas de Europa y Asia. "El Padre Lassalle es un testigo vivo de lo que enseña y anuncia. Lo considero una de las figuras espirituales más relevantes de nuestro tiempo", ha dicho de él Karlfried Graf Dürckheim. Desde 1929 vivió como misionero en Japón, donde desde el principio intentó dar un rostro japonés al Cristianismo de aquel país. Sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima, el 6 de agosto 1945. La construcción del Templo de la Paz en Hiroshima lo hizo famoso en todo el mundo. Una honda experiencia mística en su juventud lo llevó a la búsqueda de un conocimiento de Dios cada vez más profundo. Desde fines de los años cuarenta estuvo comprometido en el diálogo con los budistas y en 1956 empezó a practicar Zen como jesuita en un monasterio Zen japonés. A partir de 1967, durante más de veinte años, como maestro Zen, introdujo a miles de personas en la práctica del Zen en Europa, ayudando de esta manera a mucha gente a llegar a una experiencia espiritual inmediata. Mientras hacía esto, nunca puso en duda su identidad cristiana. En sus viajes a América del Norte y del Sur, a la India y al sudeste asiático, entró en contacto con gentes y culturas muy diversas. Partiendo de las fisuras y contradicciones del presente, se atrevió a dar el paso hacia una "nueva conciencia", más allá de las fronteras. Sus diarios y otros documentos inéditos forman la base del presente amplio estudio teológico biográfico de la impresionante historia personal de una figura puente en el diálogo entre religiones y culturas.
http://www.zendobetania.com/quien_zen.html

El Zen Cristiano desarrollado por los catolicos: El Padre Lasalle que sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima en Japón. Estudió y dirigió retiros de Zen. El libro de Zen Cristiano del jesuita padre William Johnston. O la meditación zen del padre Escalada. Se suman al nuevo libro de Zen cristiano de de Patricia Hart Cliffort